miércoles, enero 31, 2007

Adicciones

No hay “más allá”. Ateos, positivistas y demás partisanos de lo concreto terminaron por convencernos de que lo existente es lo que ven nuestros ojos y de que la religión era el opio del pueblo, uno metafísico y por ende sospechoso; y que mejor nos valía a nosotros hombres post, post-modernos y pueblo o plebe por la democracia hacer uso del de hierba, y sin tanta parábola atenernos a las drogas simples y sencillas, puliendo las rudezas de la cotidianidad no con las plegarias y esperaza de viejas doctrinas, sino con los vapores excitantes o entumecedores de cocaína, opio y marihuana.

Y, sin embargo, algunos nostálgicos trasnochados y que es obvio no entendieron nunca los beneficios de contentarse sólo con esta vida – y con sus premios o castigos por poco que sean merecidos-, hablan, se atreven a hablar del costo de estas adicciones para el individuo y en su afán sacan una lista:
1. El aspecto, dicen, de quién “anda en falta” con su apariencia de Lázaro por resucitar y que tuvo problemas y se quedo en el camino, a mitad el proceso con su cara de medio muerto;
o 2. el riesgo legal, la posibilidad siempre abierta de pasar por las curas de desintoxicación gratuitas e involuntarias en mazmorras de prisión;
o 3. el pecuniario y de cómo consume los bolsillos;
y 4. terminan haciendo notar el escaso número de defunciones por abuso en la adicción anterior: Las sobredosis de Opio del Pueblo -aun entre los más rabiosos practicantes de contemplación, ayuno, fustigamiento et al.- siendo, por lo visto, menos peligrosas que un exceso menor en las actuales.

sábado, enero 27, 2007

Virus

Me enfermé. Y mientras en esta capital del viejo mundo pululan los resfriados y la multitud de bacterias que nutren generosamente a laringólogos y otorrinos, yo fui a pescar un bicho distinto y me contagié de pereza. Blog, pintura o cuentos: nada quería salir. Un virus, pensé, consecuencia natural de los festejos del año nuevo y sus excesos, algo que me pasaría al igual que una gripa: cuidándome en unos tres días.

Al respecto, recomiendo a mis amigos bloguistas y enfermos crónicos el siguiente remedio para atender su flojera: dejarla inflamar y cuando en la forma de un tumor esté a punto de estallar, facilitarle la crisis con una lectura de esas que abundan de demostrada calidad vomitiva. Y por cierto que si bien cualquiera puede sacar entre sus guardados, yo podria en muestra de estima pasarles una, pues el texto en cuestion -profilactico y nulo- era mío.

martes, enero 23, 2007

Rico

Un continente A-rico sólo tiene sentido si se contrapone a otro Rico y, en efecto, ése existe y ambos son parte del Nuevo Mundo. Los separa una lengua de mar, y las costas del uno son visibles desde cada suelo. De hecho, hasta un pasado reciente se trataba de una misma superficie terrestre, pero habrá quizá medio siglo se empezaron a percibir cambios del otro lado de la frontera. Un malestar acució de pronto a los vecinos, se trataba en aquellos tiempos del Estado más poderoso del planeta y probablemente a causa de la envidia que "ser el mejor" siempre despierta, así como por los muchos enemigos que por razones concretas se habían granjeado: se sentían terriblemente amenazados.

El enemigo estaba por doquier. En el Viejo Mundo las armas a la mano. Y en el Nuevo, en la forma de un peligro sutil: una multitud de pobres que los invadían por oleadas en busca de trabajo, a pie a través de la frontera. En el interior también: gente en apariencia anodina; y los habitantes llegaron a mirarse con sospecha, el teléfono de denuncias a la mano.
Se sacaron huellas, se revisaron ropas, zapatos, suelas, se observó con cuidado el rostro y, sin llegar al análisis sistemático del cráneo de la frenología dépassée, se clasificaron las fisonomías y expresiones. Había, por ejemplo, las “caras riesgo”: una nariz prominente o ganchuda, herencia de un abuelo desconsiderado, que en el país Rico resultaba automáticamente para su posesor en revisiones sin fin y que la gente con medios resolvió gracias a cirugías plásticas; mientras otros menos radicales o con rasgos más amenos recurrían a cursos de maintien y métodos distintos sin bisturí.

En definitiva, el subcontinente vecino gastó muchos recursos en clasificar a su gente, y el problema, punto seguido, apareció lo constituían los inmigrantes no registrados, los ilegales. No tanto por el peligro sutil ya mencionado de roba-trabajos, pues de hablar con la verdad las susodichas labores, objeto señalado de estupro y por el que se les acusaba, eran como las monedas sobre la acera que nadie recoge; sino por esa manía de control que padecía el país huésped, los Ricos.
Y como ya se había construido un muro, apostado vigías con armas y tino, sin más resultado que desplazar el deporte de la caza animal por la del hombre; se optó, poco después, por la elaboración artesanal de -y me perdonaran el oxímoron- una barrera natural: Rico, de su propia autoridad, se declaraba continente y se separaba de Arrico.

Desde entonces un canal ancho los divide, que iluminan en la noche con proyectores disuasivos, recordatorios de los franco tiradores y que nuestros vecinos bautizaron, claro, de: Canal de la libertad. Ese sustantivo del que hacen un uso extensivo y aplican aun en los eventos donde menos se les espera como a la hora de las ejecuciones o para anunciar una guerra.

lunes, enero 22, 2007

Censura en Caxilo

Se sabe que en el mundo político existen ciertos términos que, sin ninguna necesidad de censura exterior, expurgan los dirigentes y sus portavoces más y mejor que lo haría el buró represivo de una dictadura.
Nuestras orejas, por ejemplo, no oirán jamás algo así como mi política, plan o expedición fue un fracaso. Se trata de un pudor verbal que se reviste con el cargo y aun con la mera pretensión a uno. Pues es un hecho que el yo político nunca se equivoca. Nuestros gobernantes entonces no erran y sus políticas tienen simplemente un éxito matizado, las económicas -por mencionar un caso- se llevaron entre las patas el nivel de vida de la mayoría, pero eso es parte del matiz.
Por lo que resulta ocioso preguntar: ¿cuál fue el resultado exacto de esta, otra o cualquier medida, tratado, reforma o política?

martes, enero 16, 2007

Vicisitudes

Alguien se imagina lo que es una bloguista sin internet. Pues bien es un pobre ente que en busca de conexión, se pasea con su computadora a cuestas por un sinnúmero de “restaurantes” del tipo get fat fast food. Y que tras su peregrinación por esos actuales sitios efectivos de engorde y traer la ropa ya hecha una peste del puro olor a aceite rancio que los caracteriza -como a otros espacios los aromas a nuevo, laca o madera-, descubre el problema estaba en otra parte -en las entrañas mismas de su ordenador-, y que su ronda por esos lugares junto con la cantidad de cafeína ingerida en las bebidas negras de café o cola, fueron visiblemente en vano. Y vuelve a su casa plegada, con su computadora aun sobre el lomo, a paso de tortuga, a ver quién se la arregla.

Alguien se imagina lo que es una lectora asidua y miope que perdió sus lentes. (Unos anteojos no muy vetustos, aunque se haya podido creer lo contrario por culpa de un tornillo y porque anduvieron mancos, aquellos últimos días de nuestra convivencia mutua.) Pues bien, es alguien que guiñe a despropósito y no saluda a casi nadie, vaya, una asocial en potencia y coqueta a pesar suyo.

Y todo eso fue Aequis.

miércoles, enero 10, 2007

Proclama del nativo II/II

(hasta donde alcanzo a recordar, la proclama decia:)
Los nativos sostenemos nuestra firme desaprobación de la edad presente, ya ni siquiera de bronce, sino de alguna mezcla entre agua negra y chapopote, edad insalubre en la que por desgracia estamos inscritos y ¡por Hueuetéotl! que no debe de sorprender si todas nuestras referencias son hacia la edad de oro: el mundo idílico, previo a la conquista.
En aquellos tiempos, nuestros antepasados, réplicas exactas del buen salvaje pero en estado de civilización, lograron desarrollar una cultura admirable basada en los dos pilares de guerra y religión -cuyos vestigios materiales desperdigados por el continente dan una idea minima-, al tiempo que conservaban incólume su bondad y salvajismo naturales.
Los conflictos eran entonces raros, o por lo menos se tienen pocas o ninguna noticias de éstos; y no se vaya a creer que nos imaginamos a nuestros antepasados exclusivamente del buen lado, pues sabemos muchas otras cosas -siempre positivas-, aunque hasta ahora hayamos sido incapaces de descifrar sus inscripciones o documentos. Ya que su escritura pictográfica, además de mostrar la sensibilidad del conjunto de esos pueblos, es generosamente explicita. Y en las grafías pictóricas, queda claro que su actividad principal era el comercio. De modo que en relieves y códices, se lee la enumeración incansable de la producción de nuestras tierras: algodón, pulque, varas, jade, concha, cacao, maíz, etc.; y, de vez en cuando, y con el único fin de aliviar la monotonía del listado irrumpen, sobre piedra y papel, dibujos de: templos en llamas, cabezas cortadas, o de vencedores aplastando muy ufanos el pecho de los derrotados, o –y es harto recurrente- un corazon que con ambas manos se ofrece al sol en una indiscutible aunque cursi seña de amor, porque nuestros antepasados habian logrado el milagro del buen gobierno y en el exterior, el del respeto al derecho ajeno es la paz...
Y hasta aqui llegó mi memoria.

Proclama del nativo I/II

(Nativo: miembro de una minoría etno-lingüística)
En el sur de Caxilo, región montañosa, tuvo lugar el congreso mundial de los nativos que reunió a los representantes de algunas minorías de esa área, una parte mínima en todo caso del total de nativos nacionales; pero, es una de las consecuencias semánticas de la globalización: la apropiación para eventos locales de los adjetivos con vocación universalista.

En ella, se discurrió largo y tendido en no se sabe qué lengua. Pues una de sus posturas es la igual valorización de todas las nativas y el NO a la imposición de alguna otra más común y que pudiera facilitarles la comunicación fuera de sus comarcas. Digo que tras mucho discurrir cada cual en su idioma, hicieron circular un panfleto en español explicando su toma de posición.

domingo, enero 07, 2007

Conquista, una semántica

Cualquier pueblo ha padecido invasiones o por lo menos el intento fallido de una, y esa apropiación, efectiva o no, es una marca innegable del valor de su territorio, recursos o habitantes; al punto, que puede resultar insultante el no haber sufrido ni una.
Querría decir, en efecto, que el espacio es bueno sólo para quiénes lo ocupan y absolutamente indeseable para el resto, una constatación grosera y sin apelación de su total ausencia de riqueza; o bien, peor aun, la demostracion de la irrecuperabilidad de sus nativos para un proyecto social más amplio.

A los arricanos, en cambio, y antes de ellos a los diferentes pobladores del actual territorio de la República Teredal, ha quedado muy claro lo envidiable y apetitoso que para el extraño es su tierra, habiendo sufrido no una invasión sino muchas. La principal, pero no última, ubicándose medio milenio atrás y fue aquélla que dio origen al pueblo caxilense como tal: una mezcla humana entre invasores e invadidos en un verdadero cóctel étnico; con la implantación de una lengua, el español, y una cultura de corte occidental que en esos obscuros siglos utilizaba un discurso monotemático y de orden metafísico: el de por la salvación.

lunes, enero 01, 2007

Indigestión de bibliofago

Un bibliofago en indigestion de lecturas sin asimilar me mandó el siguiente mensaje para el año nuevo:

…Te aseguró se trataba de un pueblo muy sabio, y aunque habitaban al fin del mundo -extremo oriente- se consideraban como la cuna y ombligo de la verdadera humanidad, y ese ser el centro lo traían tan en la sangre que mientras las demás razas mal pronuncian la apelación de sus progenitores: unos gangosos “mama” y “papa”; ellos, en cambio, antes del año articulaban clarisisimo: “yo”; vocablo inicial al que iban agregando los diferentes verbos en una conjugación limitada a la primera persona, singular y después plural. Lo cierto, es que esta creencia tuvo ocasionalmente sus desencuentros con la realidad, y que conforme pasó el tiempo éstos se volvieron más frecuentes: por lo visto había gente más allá de sus fronteras y esos marginados además de existir eran cada vez más poderosos. Y llegó el momento en que la situación, psicológicamente hablando, se volvió intolerable: ¿Acaso la periferia dominaría por su existencia la ancestral creencia en el Pueblo centro del mundo? Los dirigentes indignados decidieron someter a esa realidad y aunque no desaparecer a las periféricas poblaciones -los medios les faltaban- sí aplastarlas de una u otra forma. Por lo pronto y de manera instintiva, sus habitantes se dieron a la tarea de reproducirse, la tendencia era ya notoria cuando algunos intelectuales apuntaron hacia la solución: aplastarían al orbe con su importancia, sencilla y concreta, la numérica. Constituyeron, en efecto, durante un largo período la mitad de los hombres.
Como ves, es un pueblo cuya civilización valdría la pena recuperar y no lo mencionaría sino fuera que leyendo las "Novedades de Calixo", perdón Caxilo, percibí que los arricanos ya han adoptado varias características de mi pueblo ombligista: Utilizan, por ejemplo, yo opino o creo como equivalente a una argumentación completa, y a sus ojos el decir a mí me pasó tal cosa o vi sucedió eso sustituye cualquier indagación suplementaria: la experiencia personal de un individuo adquiriendo un valor de aplicación universal; obvio, puesto que no se trata de la de cualquiera sino de la suya. Me parece que ya que van en tan buen camino debieras de informarlos de la parte que la superstición tuvo en el pueblo que estudio: por alguna extraña razón sentían que a ese yo excluyente del resto se le escapaba algo, y antes que prestar un espacio mental a los extraños, marginados, etc. prefirieron explicarse las discrepancias entre el desarrollo de los sucesos y la explicación única de su solo punto de vista, por la presencia de fuerzas ocultas, sobre todo malignas. Lo que fuera con tal de no aceptar que el otro, su existencia, intéreses o visión pudieran tener alguna validez.
Pero regresando al año 2048 que empieza te mando deseos, unos que no puedan despertar la envidia de los espíritus esotéricos que se pasean por el éter, tal y como aprendí los estilaba el pueblo Centro del mundo, y me perdonaras no te envie ningún otro presente, pero mi fórmula congratulatoria es un tesoro, publicala que haga escuela:
Aequis,
Te deseo lo peor,
Brodie
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