sábado, enero 27, 2007

Virus

Me enfermé. Y mientras en esta capital del viejo mundo pululan los resfriados y la multitud de bacterias que nutren generosamente a laringólogos y otorrinos, yo fui a pescar un bicho distinto y me contagié de pereza. Blog, pintura o cuentos: nada quería salir. Un virus, pensé, consecuencia natural de los festejos del año nuevo y sus excesos, algo que me pasaría al igual que una gripa: cuidándome en unos tres días.

Al respecto, recomiendo a mis amigos bloguistas y enfermos crónicos el siguiente remedio para atender su flojera: dejarla inflamar y cuando en la forma de un tumor esté a punto de estallar, facilitarle la crisis con una lectura de esas que abundan de demostrada calidad vomitiva. Y por cierto que si bien cualquiera puede sacar entre sus guardados, yo podria en muestra de estima pasarles una, pues el texto en cuestion -profilactico y nulo- era mío.
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