Soy
Una sonrisa
en vilo
de gorrión sin alas
o una pluma
una sola
y cálamo que no firma nada
pluma tan tibia del pecho
de aquel gorrión sonriente sin alas
País de lengua española del continente Arrico
Una sonrisa
en vilo
de gorrión sin alas
o una pluma
una sola
y cálamo que no firma nada
pluma tan tibia del pecho
de aquel gorrión sonriente sin alas
Pero, no: morirse no es fácil. Así, tampoco era. A nuestro director le resultó demasiado telenovelesco. Había estudiado en Moscú y prefería la actuación del tipo interiorizada, vaya, la escuela rusa. Y esa era la razón por la que nos había elegido a nosotros como sus personajes. Sólo después de identificar determinadas vivencias en nuestros cuentos, de los que era un lector ocasional. Según sus premisas, para representar un papel, había que contabilizar un recuerdo personal que saldría a flote en la caracterización del personaje afín. En cuanto a la multitud de agonizantes y desfallecidos en la obra, la explicación radicaba en que con ella se iba a celebrar el Día de Muertos, en un pequeño auditorio local.
Tercer ensayo y por fin supe cómo me muero. Con elegancia, merced a las útiles indicaciones de dos compañeros: La música ulula entre cruces postizas, la hojarasca húmeda se pega a los zapatos. Yo lo veo, él estaba allí, y sin correr –me han dicho de no hacerlo- nos encontramos, para caerle yo enseguida con todos mis kilos en los brazos, mientras él gira despacio y me coloca al ras de la tierra en humana hoja muerta -y, con suerte, sin tropiezos.