A decir del moribundo, variación a partir de Corintios 1,13
A decir del moribundo
aunque hable la lengua
las lenguas oxidadas de los hombres
y la de los ángeles no
y la de los ángeles no
seré sino repique de bronce o el címbalo automático
que tintinea y a pesar del don
de la profecía y de que conozca todos los misterios y todas las ciencias para mover montañas y reventar de fe al mundo
de la profecía y de que conozca todos los misterios y todas las ciencias para mover montañas y reventar de fe al mundo
sin caridad
no soy
y de nada sirve gastar
la sacrificada vida por una causa
(la mejor de todas) si me falta
seré con
exactitud esto
nada
la caridad no obra
no por interés (pues
la mano izquierda nunca supo lo de la derecha)
tampoco se jacta ni envidia, no es
escandalosa ni
se escandaliza ni aun
alegra de la
inequidad que le aprovecha porque busca la verdad
se
alegra de la verdad (donde sea que ella esté y con el vestido que vista)
perdona todo
porque todo lo
entiende y como todo cree, todo aguanta
y en todo espera, la caridad
no tiene fondo pero
si hubiera
profecías
lenguas y ciencias:
son (serán)
caducas
porque nuestra
ciencia es parcial y todo aquello que podamos profetizar también
y cuando venga
la Verdad (acabadamente perfecta)
eclipsará lo
parcial como cuando era niña hablaba
como niña
razonaba como niña
pensaba como una niña
pero al hacerme adulta hice a un lado las niñerías para mirarme
como enigma en un espejo
cara a cara (parcialmente)
y así como sólo
en parte me conozco te
conocen
(¿conocerán?) y
aunque hable la lengua
las lenguas oxidadas de los hombres
las lenguas oxidadas de los hombres
y la de los ángeles no
seré sino repique de bronce o el címbalo
tintineante que rompe
el espejo
el espejo
sin caridad soy
seré con exactitud