Una fotografía
Del tipo:
¿Es usted un bloguista al que se le secó el cerebro a pesar de su estricta hora cotidiana frente a la pantalla? No se alarme: existe el copy paste. Sólo que, por aquello de los copy rights tan engorrosos en la actualidad, lo más seguro sigue siendo el copiarse a sí mismo, sacar del guardado, sacudiéndole las arañas a sus escritos anteriores; o mejor aun: intercalar una imagen fresquísima de usted, el autor, una linda foto a colores en donde no se ve se está a seco de ideas, alcohol o dinero. Una mía reciente, por ejemplo, vendría a continuación de maravilla.
(Aquí espacio reservado al encuadre, seguido de:)
Una foto retrato a colores de una muy pobre definición, en la que se distingue o adivina:
Un rostro ovaloide, dos ojos, una boca y también – es una suerte- una sola nariz. A Aequis -o a su retrato- efectivamente no le falta: ni mentón ni orejas –un buen par-, eso sí quizá algunos dientes, pero el secreto queda entre nosotros y si son las muelas del juicio ¿quién lo conserva?
He dicho la foto es a colores, debí decir "a color": un ocre en toda su gama del casi negro al sil macilento. La piel es entonces ocre y la melena -¡qué sorpresa!- también, aunque de una tonalidad, esta vez muy obscura, apenas recortándose sobre el fondo -a tildar para no errarle de noche-, donde resaltan los mechones en desorden, de la cabeza en desorden...
(Aquí espacio reservado al encuadre)
¿Que mi retrato es un asco que no identifica a nadie, o bien que ya no sé ni la cara qué tengo? No los desmiento, pero para mí que la vaguedad proviene en gran parte de la foto.
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