lunes, abril 02, 2007

Primavera

2048, a pesar de la aridez, la vegetación se renueva, el polen flota diafano en el aire y la gente con alergias las padece. La flora, es cierto, ha reducido su variedad, se piensa que la causa específica estuvo en el uso indiscriminado de insecticidas y el implante de la agricultura transgénica, con la subsecuente modificación de los atributos en la lucha por la vida. Ya lo decía un viejo barbado y con anteojos: El mundo es del más fuerte.
Y la resistencia es una forma de fortaleza con la que se ha provisto a ciertas especies, con la creación de granos inmunizados contra las plagas normales. A nadie debe entonces sorprender que una planta vacunada ocupe el lugar de las silvestres, y la invasión de los espacios por aquellas ha sido espectacular. Hoy en día las especies silvestres son una rareza, productos caros de venta en florerías.

Yo le regalé, no ha una semana, un ramo de pasto a un amigo para su aniversario, me costó 5 euros y lo envolvieron en celofán reciclado. Me abrazó al recibirlo y corrió a colocarlo en un florero, botando al suelo un tulipán corriente, de esos que no se secan con pétalos perfectos y sin la mínima huella de insecto.
Y mientras cenábamos maíz del tamaño de uvas, sobre la mesa lucía soberbio el manojo verduzco de la hierba barata de otros tiempos, cultivada para exclusivo uso ornamental en el ambiente protegido de un invernadero.

La base de la alimentación en Caxilo es el maíz; pero se trata, claro, del modificado: una invención que tiene dueño y cuyos compradores gozan únicamente del derecho a su consumo y de ninguna manera a reutilizarlo en la siembra, eso está vedado, correspondería a un estupro. De hecho, en el sector agrícola alimenticio existen países especializados en el lanzamiento periódico de nuevas patentes; y en un mundo ideal el resto de las naciones compraría, cada año, el tanto de toneladas necesario al consumo de su población. Sólo que el mundo no es ideal sino práctico, y ya sea porque se consideren los precios demasiado altos, o bien porque la interdicción de plantarlas vaya en contra del concepto mismo de semilla, hay numerosos plantíos ilegales con cultivo pirata de cereales patentizados.

Por lo demás, la vida en 2048 no siempre es fácil, pues los yacimientos petroleros al origen de la fuerza energética del siglo anterior, se agotaron. Y hoy motores y humanos se nutren de lo mismo: de azúcar y carbohidratos. Con el resultado de que la competencia por el alimento, se da grotescamente tanto entre grupos sociales, como entre hombres y cosas, y un gobierno debe de decidir:
¿cuánto de la producción en betabel, maíz o caña de azúcar dedica al consumo humano? y ¿cuánto a la fermentación en etanol para el uso de los motores? Y en casos de escasez:
Si hambrear a una parte de la sociedad o entorpecer el funcionamiento económico por la inmovilización forzada de autos y maquinaria.

Pero la primavera empieza y a pesar de la aridez general y de mis alergias no planeo caer en el desanimo, continuando con el trabajo para comprarme, de vez en cuando y por el mero gusto, un ramo de pasto, a 5 euros, envuelto en celofán que lucir por algunos días en la mesa de centro.
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