sábado, septiembre 26, 2009

Estudio

La cámara fotográfica fue el regalo espontáneo de mi madre por el mérito particular de ser su hija -concepto de nacimiento- en ocasión del verano. El aparato una vez armado no funcionaba.

¡Qué raro! -y abracé a mi madre para darle las gracias.

Tendría una cámara que colgarme del cuello; pero así serán las cosas, la paseé muy poco, me bastaba con saberla entre mis pertenencias y decir de tanto en tanto: lástima de linda foto que no tomé, verán, olvidé mi aparato.

Lo cual sin faltar un punto era la verdad, y a nadie concernía el hecho de saber si presente habría sido capaz de capturar un solo haz por luminoso que fuera.

Luego un buen día empezó a retratar. Cualquiera con otra, una obediente por ejemplo, lo habría encuadrado dentro de la normalidad, mas no era ese el caso, mi cámara por efecto de estar descompuesta funcionaba.


An apple keeps

¿Qué sacar?

Mi departamento, un plano doméstico que entonces y merced quizás a la única opción horizonte del lente, descubrí como accidentado, con cúmulos multicolores de ropa a medio uso y ciertas camisas surgiendo del bonche por la manga en la posición emotiva y ridícula de pedir auxilio.


Keeps

¿Por qué no el exterior?

Porque los quisiera haber visto en mi lugar. El espacio estaba tan bien circunscrito, las paredes eran tan paredes que la puerta constituía una más. Un fondo así mostraba la peor identidad de las cosas, parecían fichadas sobre los muros blancos.


Away

En el espejo del baño. La libertad de una superficie pulida se halla en otra superficie pulida. Nunca lo habría sospechado, el lente se explayaba en el cuartucho de menos de un metro ante la posibilidad del reflejo.

Para explicar esa brusca apertura precisamente en el apéndice inmobiliario -el baño- de mi habitación, pasaron un par de cosas: (1) tuvimos que aterrizar allí mi cámara y yo; y (2) en, de ninguna manera sobre. Un en, especifico, como existir espacialmente entre placas.


The doctor

Cualquier imagen excluye por principio al fotógrafo, se le sabe implícito en el honroso papel de dedo que accionó la toma. Inmiscuirse, en cambio, -salir- revela a leguas al novato ya que el profesionalismo impone a sus adeptos… pues ni esa ni muchas consideraciones similares lograron amedrentarme, quería salir: yo, mi dedo y todo. Si la libertad era buena, también lo sería para mí, inclusive la muy peculiar de un lente en un espejo, y concluimos un pacto.


A day keeps away

El sujeto seríamos nosotros dos por la suma de nuestras mitades. El ojo de la cámara más el de media cabeza de fotógrafa visible en el reflejo. Naturaleza híbrida en apariencia. Lo esencial para una imagen.


An apple

La fui a buscar y la encaramé, porque faltaba color y creí que el lujurioso carmín de la manzana coronando el aparato, sería la solución. Pero faltaba luz y la penumbra se tragó la mejor parte de su lujuría. Sobre la instantánea salimos -¿cómo decir?- con la libertad de moscas pardas para ahogarse sobre un muro cromáticamente de leche.

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