viernes, diciembre 01, 2006

Inopportun en hors d’œuvre

Un cuento triste como el ojo vidrioso de un muerto quería alojarse aquí. Y lo mandé, se entenderá, a paseo, a buscar otro emplazamiento y dirección. Pero, cuán difícil de convencer y el trabajo que me costó deshacerme de él. Al final, le abrí la puerta y asiéndolo por sus letras, puntos, comas, asteriscos y cualquier fraseológica parte por donde se le pudiera agarrar, lo eché:
- Amigo, el mundo virtual es muy ancho, anda ve.
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